¿Cómo se puede poseer tanto conocimiento en la cabeza y ser tan atarbán como para no ser maestro?
¿En qué momento se desvían los papeles y se pasa de ser docente a ser o querer ser un amigo?
Pues en mi pensar, se estudia arduamente con un objetivo específico. Si yo decido estudiar algo con el objetivo especifico de instruir y educar a la juventud, no puedo permitir que mi energía interrumpa en ese proceso. Tal vez soy demasiado rígida con mis conceptos, tal vez soy demasiado criticona, demasiado exigente, demasiado nefasta. Pero igual, en ningún momento he dicho que ser amigo no es correcto, lo que en mi parecer si esta un poco errado es no establecer unas diferencias entre ser amigo y ser profesor.
A nadie puedo negarle que lo que más me atrae de un hombre no es precisamente su físico, sino su inteligencia. Es mucho más interesante para mi una persona de la que pueda aprender que con la que pueda irme de fiesta. Y así es como he terminado enamorada de todos y cada uno de los profesores, hombres y mujeres que han logrado un cambio en mi forma de ver el mundo, la vida, mi vida...
Pero creo que es eso finalmente la recompensa de un trabajo bien logrado. Ser modelo a seguir, ídolo.
Lo que no entiendo es, por qué alguien decide no dar el 100%?
Pero siendo yo de las que le gusta recibir y dar el 100% algún día exigí que me ofrecieran ese 100% que yo necesitaba para poder dar también mi 100% a cambio.
Recibí reproches y una minúscula disputa con el profesor, delante del curso. Mis exigencias era recibir la hora y media de clase completa, puesto que la clase estaba terminando entre 30 minutos y 45 minutos antes; y que se hiciera uso del moodle (que es el sistema integral de comunicación virtual entre profesores y estudiantes, un portal no solo para enviar mensajes, sino también para enviar trabajos. En la universidad es obligatorio el uso del moodle en un mínimo de 30% de la clase semestral) y este uso no se le estaba dando.
Intenté ser un poco menos objetiva con mi análisis a la situación y descubrí que de fondo podría haber una frustración por parte del profesor, y cómo no, si más de los estudiantes de un salón de aproximadamente 50 personas estaba literalmente dormido sobre sus mesas de trabajo. ¿Qué tan reconfortante podría ser para este profesor, pararse frente a todos sus estudiantes y descubrir que la gran mayoría estaba divagando o durmiendo? Lo entendí y lo compadecí. Pero eso no quería decir que fuera a renunciar a 40 minutos de clase que eran, para mi, significativos para mi proceso de aprendizaje.
Finalmente y después de un par de discusiones más, un par de sugerencias de mi parte y una que otra, supongo, de su superior al mando en el área el profesor milagrosamente cambió su actitud y las clases se tornaron más interesantes.
Creo que es necesario demostrar algunas veces a quienes han sido escogidos rigurosamente para instruirnos y ayudarnos a crear un futuro, que no todos estamos en la universidad para calentar un puesto, no todos estamos allí para sacar un tres y pasar por pasar, habemos algunos que estamos allí para apreender.
Hoy, ya casi finalizando semestre es uno de mis mejores profesores, de los que admiro y en el futuro podré decir que resulte profundamente enamorada de el... bueno no de el, sino de su brillante cerebro, de su inteligencia y su aptitud para enseñar y hacer la diferencia.
"Después de la tormenta, viene la calma"
Rele.